Las palmeras representan el segundo grupo vegetal en importancia económica, solo por detrás de las gramíneas. En 1972, J. W. PURSEGLOVE exponía que la familia de las palmeras albergaba entre sus especies una de las plantas más altas del mundo (Ceroxylon), la trepadora más larga (Calamus), la hoja más larga (Raphia), la inflorescencia más grande (Corypha) y la más enorme semilla (Lodoicea) de todo el reino vegetal; a lo que hay que añadir que la hoja de Corypha umbraculifera es la más ancha.

Los dos insectos que dan pie a este artículo están distribuidos prácticamente por toda España, afectando sobre a las palmeras situadas en jardines, parques, zonas verdes, avenidas e incluso en aquellas zonas forestales con matorrales heliófilos y coscojares termomediterráneos que sostienen la única palmácea ibérica no introducida: el palmito (Chamaerops humilis), especie endémica del sur de Europa y norte de África. 

Se conocen en el mundo 131 especies de artrópodos que parasitan a diferentes especies del género Phoenix, que a su vez son las palmeras
más cultivadas en el mundo (LEPESME, 1947). La modificación geográfica en la distribución de muchas especies vegetales ha dado lugar a
la importación de sus parásitos más destructores. En el caso de las palmeras, la introducción principalmente de microlepidópteros (Pseudarenipses insularum), homópteros (Ommatissus binotatus, Phoenicococcus marlatti…), coleópteros (Oryctes agamemnon, Rhynchophorus cruentatus), estos dos últimos directamente relacionados con la importación de palmeras argentinas (Trithrinax campestris
y Butia yatay, respectivamente) y nemátodos de todo tipo. En España los insectos más devastadores de palmeras son el picudo rojo (Rhynchophorus ferrugineus) y la mariposa barrenadora de las palmeras (Paysandisia archon).

El picudo rojo de las palmeras, Rhynchophorus ferrugineus (Olivier, 1790) (Coleoptera: Curculionidae), es una especie de gran tamaño —entre
20 y 50 mm— y una coloración…