ESPECIAL RESTAURACIÓN FORESTAL

1. INTRODUCCIÓN

Los ecosistemas degradados presentan una pérdida de biodiversidad causada por una serie de perturbaciones importantes que limitan su recuperación natural y que se refleja en la simplificación de la estructura, la funcionalidad y la composición de la vegetación. Las acciones de restauración tratan de revertir estos procesos de perturbación introduciendo elementos que puedan iniciar o facilitar la recuperación del ecosistema hacia un estado de mayor de madurez, complejidad y estabilidad (Bozzano, 2014). En particular, la restauración forestal trata de recuperar las formaciones vegetales que había en ese lugar antes de que se produjera la degradación u otras que puedan ayudar a ese proceso de evolución hacia etapas más maduras. No todas las restauraciones incluyen plantaciones o siembras, sino que en muchas ocasiones simplemente el hecho de romper las dinámicas de degradación hace que la vegetación se recupere por sí misma. No obstante, en muchas iniciativas se incluye la introducción de especies vegetales para acelerar los procesos naturales y como elementos catalizadores de los cambios que se pretenden conseguir. 

Para proyectar y ejecutar una restauración ambiental que incluya la siembra o plantación de especies vegetales es sustancial tener en cuenta una serie de aspectos legales y algunas recomendaciones sobre la variabilidad genética, el origen y la calidad de las semillas y plantas utilizadas. No siempre se realiza un análisis adecuado de la importancia de estos aspectos, lo que puede determinar el resultado final de la restauración. Otro aspecto esencial es que, si no se tiene la previsión suficiente, la disponibilidad en los viveros no siempre es la requerida y los materiales utilizados se ven condicionados por la oferta que haya en ese momento. Por ello, en este artículo pretendemos destacar algunas circunstancias relevantes a tener en cuenta para cometer los menores errores posibles. 

2. ASPECTOS NORMATIVOS

Existe un marco normativo a nivel nacional que regula la comercialización de semillas, plantas y partes de plantas (es decir, los materiales de reproducción) para su uso en restauración. Tiene como objetivo proteger al consumidor (utilizador) y proporcionarle la información relevante para la toma de decisiones. Los productores deben cumplirla para poder comercializar cualquier material de reproducción.