ESPECIAL RESTAURACIÓN FORESTAL

EL PAISAJE FORESTAL EN ESPAÑA

La actividad del ser humano ha alterado el paisaje en calidad y cantidad: ha impactado sobre la fauna y la flora, ha agravado los procesos erosivos con más de nueve millones de hectáreas catalogadas como zonas con riesgo alto o muy alto de desertificación y ha alterado los ciclos ecológicos, como el hídrico o el del carbono. 

En la actualidad solo el 9 % de los hábitats declarados de interés, los más valiosos de España, presentan un buen estado de conservación. Según la “Evaluación del estado de conservación de los tipos de hábitat y especies de interés comunitario y de las aves silvestres”, realizado por el MITECO, la principal causa de degradación está relacionada con la expansión agrícola que afecta al 70 % de los hábitats analizados. El desarrollo urbanístico y de infraestructuras de transporte, la expansión forestal, las especies invasoras y el cambio climático son otros factores determinantes. 

Cabe recordar que tres cuartas partes de los hábitats de interés comunitario presentan un mal estado de conservación. La degradación es patente en todos los tipos de ecosistemas y en todas las regiones biogeográficas de la península y de las islas. Eso sí, los hábitats más perjudicados son los bosques y las turberas, seguidos por las dunas y los ecosistemas costeros. Por otro lado, según datos de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), el área mediterránea es también una de las más vulnerables al cambio climático del continente europeo. 

En el contexto europeo, España ocupa la segunda posición en cuanto a superficie forestal. De hecho, cuenta con más de 28 millones de hectáreas, es decir, el 55 % del total del territorio, de las cuales, dos terceras partes son bosques. Además, esta superficie ha seguido creciendo desde mediados del siglo pasado, con un ritmo anual de más del 1 %. Los inventarios forestales reflejan un aumento de la superficie forestal y de su espesura.

Pero, entonces, ¿qué es lo qué está ocurriendo? Este incremento no se traduce en bosques más sanos, estables y diversos.

El paisaje forestal actual es el resultado de la actividad humana. El ser humano ha modelado el paisaje a lo largo de la historia a través de la ganadería, la agricultura, la explotación forestal, el desarrollo de cultivos forestales, la construcción de infraestructuras y la expansión urbanística, dejando una profunda huella que ha provocado alteraciones en los procesos ecológicos, en sus funciones y en el paisaje.