Pág. 02 - EDITORIAL
Pág. 04 - COLABORACIONES TÉCNICAS
El Programa Regional de Forestación de Tierras Agrarias de Castilla y León, guiado por una amplia variedad de objetivos ambientales, sociales y económicos, ha forestado 200 038 ha en Castilla y León. Ha invertido para ello más de 500 millones de euros con financiación europea, estatal y autonómica y ha contado con la participación de miles de beneficiarios. Las superficies forestadas han sido privadas y públicas (de entidades locales). Entre las especies vegetales implantadas (54) se encuentran tanto coníferas como frondosas, y este amplio abanico de especies se ha utilizado tanto en forma de masas puras como mezcladas, adaptando la elección de especies a las características ecológicas de la estación y a las necesidades de la propiedad. El seguimiento y evaluación de las forestaciones ha ido intensificándose a lo largo de estos 30 años, hasta llegar a la creación de un sistema de información que recopila y permite el análisis de la información generada por el Programa. La mayor parte de las forestaciones que ha financiado entran en la categoría FAO “Bosques plantados”, y es esperable que muchas vayan entrando progresivamente en la categoría “Bosques regenerados de forma natural”, constituyendo restauraciones forestales en el sentido más actual del término. Por otro lado, la ejecución del Programa ha favorecido la consolidación de la propiedad forestal, ha acercado la forestación a la población rural y ha fomentado el asociacionismo forestal. El futuro debería pasar por gestionar adecuadamente las masas implantadas y porque las nuevas forestaciones que se consideren necesarias sean también atractivas para los propietarios de los terrenos.
INTRODUCCIÓN
En 1993 se puso en marcha el Programa Regional de Forestación de Tierras Agrarias en Castilla y León (en adelante Programa o PFTA, indistintamente), que se desarrolló inicialmente sobre la base del Reglamento (CEE) n.º 2080/92 del Consejo, donde se establecía un régimen comunitario de ayudas a las medidas forestales en la agricultura. Este reglamento se enmarcaba en la amplia reforma de la Política Agraria Comunitaria del año 1992 y tenía como finalidad última, aunque no exclusiva, tratar de hacer más compatibles la agricultura y el medioambiente. Dentro de las medidas de este reglamento se encontraba la forestación de tierras agrarias, cuya importancia para la conservación del medioambiente y para el incremento de los recursos forestales quedaba explícitamente reconocida y económicamente dotada a través de ayudas para: i) los gastos de forestación, ii) el mantenimiento posterior de la plantación y iii) una prima compensatoria de rentas durante 20 años (quedaban excluidas de los puntos ii y iii las especies de crecimiento rápido). El Reglamento (CEE) n.º 2080/92 se traspuso a la legislación española a través del Real Decreto 378/1993, soporte jurídico directo de los programas de forestación de las CC AA que se unieron a las medidas referidas.
Ya en su origen, el PFTA en Castilla y León estableció las bases para la integración de las actuaciones en la política forestal de la región (Junta de Castilla y León, 1993). Ello supuso, entre otros aspectos: la comarcalización regional y la tipificación de estaciones para la forestación; la determinación de especies y métodos de las forestaciones; el establecimiento de requerimientos para el material forestal de reproducción, o las especificaciones técnicas de los trabajos. Así mismo, desde el inicio se prestó especial atención a la promoción forestal, habida cuenta de la presumible falta de conocimientos forestales de buena parte de los destinatarios últimos de las ayudas. Esto se tradujo en la publicación de una serie de documentos técnico-divulgativos donde se especificaban todos los aspectos relacionados con la forestación, los denominados “Cuadernos de Zona”, de obligado cumplimiento por los beneficiarios, o el “Manual de Forestación”, resumen divulgativo de consideraciones técnicas no recogidas en los “Cuadernos de Zona”.
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