SER INGENIERO ES UN GRADO: EN ESPAÑA Y EN EL RESTO DEL MUNDO.

La sociedad debe ser consciente de que los Grados en Ingeniería son: 

  • Ingenieros plenos, con las atribuciones oficiales y sin limitaciones
  • Ingenieros referentes y reconocidos profesionalmente en Europa y todo el mundo
  • Ingenieros con formación generalista que permiten desarrollar soluciones eficaces, sin invertir más tiempo y más dinero en formación; los másteres de especialización permitirán, en un futuro, formarse en materias muy concretas.

El Instituto que representa a los Graduados en Ingeniería e Ingenieros Técnicos de España (INGITE), considera innecesaria la modificación del actual Real Decreto 1393/2007, aprobado en el año 2007 con pleno consenso en el ámbito de la ingeniería -acuerdo que fue firmado por representantes de la Ingeniería y la Ingeniería Técnica, previo a la publicación del RD-, y rechaza muchos de los aspectos recogidos en el borrador de Real Decreto del 2020, presentado recientemente a consulta pública. ¿Cuáles son las razones?

Ya tenemos 10 años de perspectiva histórica desde que en 2010 se pusieron en marcha en España los nuevos programas de estudios para todas las ingenierías en todas las Escuelas de Universidades de nuestro país, todo ello conforme a la transposición oficial que fue el RD 1393/2007 del Espacio Europeo de Educación Superior (EEES), conocido ampliamente como el proceso de Bolonia.

Desde la actual perspectiva se han confirmado muchas de las expectativas que nos trazábamos hace 10 años: Algunas muy esperadas, como la nueva convergencia en Europa de nuestras titulaciones en el campo de la ingeniería y la armonización también de las ingenierías europeas con las del resto del mundo; no olvidemos el marco profesional de unificación de categorías EQF, que observa el reconocimiento de todos los Graduados en Ingeniería o Bachellor on Engineering, como la carrera referente para el ejercicio profesional de los ingenieros a nivel mundial. Otra expectativa cumplida de forma evidente es el crecimiento de titulados en ingeniería en este ciclo común básico de grado, con porcentajes en torno al 80% (y creciendo) de los titulados en ingeniería que directamente acceden al mercado laboral. Por otra parte, los Másteres son, a su vez, una posibilidad de especializarse, de utilidad para la actualización de conocimientos a lo largo de la vida, pero no imprescindible para ejercer como ingeniero profesionalmente hablando, ya que es absolutamente suficiente con la obtención del título de Grado. Asimismo, existen otras consecuencias no deseados que han surgido por el camino, como son las del confusionismo generado para los nuevos estudiantes, los empleadores y la sociedad en general, debido a una oferta de titulaciones numerosa en denominaciones particularizadas en España, lo cual ya nos temíamos cuando se anunció que los nombres de los títulos no iban a ser concisos y claros como anteriormente, sino que se iba a ampliar su longitud añadiendo en ocasiones la tecnología específica desarrollada en cada programa de cada Escuela de cada Universidad.

PUES BIEN, LAS CONCLUSIONES TRAS ESTOS 10 AÑOS DE LAS NUEVAS TITULACIONES DE INGENIERÍA PARECEN CLARAS: 

  • Se ha armonizado por los gobiernos el título de Grado en Ingeniería, contemplando todas sus tecnologías específicas como habilitantes para ejercer en toda Europa como el reconocido en todas las ramas de ingeniería. Así, hasta ahora se viene demostrando en la práctica que los Graduados en Ingenierías ocupan puestos de máxima responsabilidad en muchas empresas del mundo.
  • La orientación al servicio profesional a los usuarios de ingeniería, la están tomando los Colegios profesionales como objetivo principal, incluso por encima de las capacidades de firmas de proyectos (una de las herramientas principales del Ingeniero). Así ahora colegios y asociaciones profesionales trabajan en la certificación de profesionales a lo largo de la vida y la definición de los proyectos que pueden firmar los Graduados en Ingeniería al ser la carrera generalista.
  • Las universidades han adaptado las formas y contenidos de su enseñanza en ingeniería a las metodologías más cercanas a la práctica profesional y empresarial, eso sí, a distintas velocidades. Actualmente, egresan mayoritariamente en España los Graduados en Ingenierías, con cualificaciones y perfiles competitivos y reconocidos en todo el mundo.

No se sabe con exactitud el motivo, si por necesidades de equilibrar matriculaciones o si por pretendidas ideas clasificatorias del siglo pasado, pero se observan una serie de manifestaciones sesgadas con tendencia a confundir términos sobre las posibles titulaciones de Ingeniería. Vemos con estupor en prensa y redes sociales titulares que tergiversan determinadas noticias semejantes o sentencias no firmes sobre cuestiones que dejan todo como estaba para venir a proclamar a los cuatro vientos que estudiar para Graduado en Ingeniería o Ingeniero Técnico como profesión no garantiza nada y que para estar seguro de un futuro profesional tienes que apuntarte al Máster desde un principio (grado blanco) o que tienes que reengancharte sine qua non en esa carrera después de acabar el grado ¡Qué fantásticas inexactitudes!

Hay cuestiones que no dependen de ninguna obsesión por clasificar rebaños con supuesta supremacía de unos sobre otros; lo cual, trasladado al mundo del ejercicio de la ingeniería, nos muestra que desde el siglo pasado no se dan jerarquías entre los ingenieros por su titulación y sí que se prima el conocimiento, talento y resultados a lo largo de su vida profesional. Todos los títulos de ingeniería del EHEA son superiores, tanto los grados como los másteres, también todos ejercen como técnicos en su desempeño profesional, pues ostentan las tecnologías y su desarrollo en su rama de la ingeniería, y todos pueden estar cualificados en los avances de especialidades tecnológicas, que surgen cada día más, si se ocupan en formarse permanentemente a lo largo de su vida e incluso certificar esos conocimientos innovadores; por ello el INGITE ha apostado por un sistema de certificación de profesionales. También todos pueden acometer responsabilidades de gestión con autoridad y responsabilidad profesionales en una ingeniería que lo que tiene que hacer es unirse, en lugar de pretender barreras de separación de los títulos que son ficticias en las ingenierías del siglo XXI.

NO ES NECESARIA LA MODIFICACIÓN DEL RD 1393/2007

¿Por qué entonces se pretende modificar el Real Decreto 1393/2007 que surgió de un consenso entre todos los colegios profesionales y los rectores de la subcomisión de enseñanzas técnicas? Se acordó converger en Europa con un modelo de 240 ects, que facilita la movilidad, el acceso a homologaciones y oposiciones en toda Europa y permite integrar prácticas en empresas durante los estudios universitarios; mientras que se rechazó en los ámbitos de la Ingeniería esta otra obsoleta estructura como coladero de grados blancos inservibles, elucubrados sólo para entrar en másteres integrados extraños al EEES; por lo que cualquier modificación o nueva regulación en otro sentido requerirá, al menos, idéntico consenso, porque sin este acuerdo será difícil avanzar en la modernización de estudios y profesiones y, por tanto, en la convergencia global.

En este sentido, el Borrador de Real Decreto ha dejado pasar, una vez más, la oportunidad de corregir las prácticas irregulares de aquellas universidades que infringen dicho principio. Además, se abre la puerta a que las universidades ofrezcan programas académicos que integren el grado con el máster. Se da libertad a los centros para crear sus propios itinerarios y fomentar la estructura 3+2, devaluando las titulaciones de grado y haciendo perder competitividad a nuestros ingenieros.

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