Forestales, Agricultores, ganaderos o pescadores han exigido hoy un mayor protagonismo y participación en la gestión de la Red Natura 2000, además de una adecuada financiación de esos espacios y ayudas que compensen las limitaciones y restricciones que "sufren" cuando están en esos espacios.
El sector primario se considera en parte responsable del modelado del paisaje de España y siente que su actividad es un factor clave para la conservación de los ecosistemas, y que sus actividades son fundamentales desde el punto de vista económico, social y medioambiental.
Los argumentos se pusieron de manifiesto en una Jornada de Participación Social sobre la Red Natura 2000 celebrada en el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente el pasado día 26 de octubre y en la que participó el Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales y Graduados en Ingeniería Forestal y del Medio Natural de la mano de Raúl de la Calle, Secretario General.
La jornada se enmarcó en el proyecto europeo Life Infonatur 2000, una iniciativa de información y comunicación financiada por la Unión Europea que pretende dar a conocer la red Natura 2000 y promover un desarrollo socioeconómico sostenible en esos espacios.
En este proyecto, financiado por la UE, participan como socios la Junta de Extremadura, la Diputación Provincial de Lérida, el Patronato de Turismo de la Costa Brava y la Agencia EFE, y colabora también el Gobierno de España a través de los Ministerios de industria, Energía y Turismo y de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (MAGRAMA).
La población local debe percibir las ventajas de vivir en la Red Natura 2000
En la inauguración de la jornada, el subdirector de Medio Natural del Magrama, Miguel Aymerich, ha subrayado el trabajo “ingente” que requiere la elaboración de planes de gestión para cada uno de los 1.500 espacios que España aporta a la red, y la importancia de conseguir que la población local perciba “ventajas” por vivir en espacios de la Red Natura 2000.
Según Aymerich, la mayor parte de la sociedad percibe esa red “como una restricción”, cuando debe ser “una ventaja”, y ha incidido en que el principal reto que afronta Natura 2000 es el de mejorar la financiación de esos espacios.
Los 27.000 espacios de la Red Natura 2000 ocupan el 12 por ciento del territorio de la UE, pero en España ese porcentaje se eleva al 27 por ciento y es el país que más superficie aporta a la red (222.000 kilómetros cuadrados).
Los datos han sido facilitados en la jornada por Rafael Hidalgo, jefe del Área de Espacios Protegidos del Ministerio, quien ha calificado de “descomunal” el peso de España en esta red europea, que constituye en su conjunto la mayor área protegida del mundo.
Hidalgo ha insistido en que invertir en esta red es “rentable” desde el punto vista medioambiental pero también en términos económicos y sociales, y ha cifrado el valor de los servicios y beneficios ambientales (calidad del aire, del agua, polinización o turísticos) de la red en España en 9.805 millones de euros anuales.
Según Rafael Hidalgo, cada euro invertido en la Red Natura 2000 genera un retorno de 7 euros en beneficios o servicios ambientales, se ha mostrado convencido de que no existe ningún producto o servicio más rentable y ha opinado sin embargo que la financiación de la red es en la actualidad “claramente insuficiente”.
Las opiniones más críticas hacia la gestión de la red han llegado de los representantes del sector primario, que han criticado las limitaciones, las restricciones, la ralentización de los trámites administrativos y hasta la pérdida del valor patrimonial de sus fincas cuando están incluidos en un espacio de la Red Natura 2000.
Han abogado por calcular el “lucro cesante” que las restricciones a una determinada actividad puede suponer, para compensar al agricultor o al ganadero por esas limitaciones, y han incidido también en mejorar la financiación de los programas destinados a la conservación del medio ambiente y en que no se deberían detraer fondos destinados a la agricultura, la ganadería o la pesca.
Marta Piqueras, de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG), observó que el 40 por ciento de la superficie incluida en Natura 2000 es agrícola y ha denunciado que sin embargo no se ha implicado al sector en la gestión de esos espacios y, al contrario, es considerado por muchos como “la gran amenaza” de la conservación.
Para Alejandro Gutiérrez, de la Federación Española de Ganado Selecto (FEAGAS), la ganadería presta servicios “ecosistémicos” básicos para la conservación, porque ayuda a prevenir incendios, evita la erosión del suelo y favorece la fertilización natural.
En el mismo sentido, el director de la Asociación de Propietarios Rurales para la Gestión Cinegética y Conservación del Medio Ambiente, Luis Fernando Villanueva, denunció que se sienten en muchos casos “excluidos” de la gestión de los espacios o que se aprueben planes de gestión sin ninguna dotación económica ni compensación, y se ha mostrado convencido de que no hay fondos suficientes para un proyecto “tan ambicioso”.
El presidente de la Confederación Española de Asociaciones de Propietarios en Espacios Naturales, José Luis Hernández, señaló que el 55 por ciento de la superficie protegida en España es de propiedad privada, y ha lamentado que, aunque en muchos casos sufren restricciones y limitaciones por ello, no participan de forma activa en la gestión de esos espacios ni perciben ninguna compensación.
Monserrat Piqueras, secretaria de la Cofradía de Pescadores de Barcelona, aseguró que los pescadores son “los primeros interesados” en la sostenibilidad del mar pero carecen -ha dicho- de toda información relativa a la Red Natura 2000.
Y Raúl de la Calle, en representación del Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales y Graduados en Ingeniería Forestal y del Medio Natural, defendió el papel fundamental que desempeñan los bosques para la conservación de la biodiversidad pero ha criticado con dureza la desatención hacia las personas del mundo rural, que a su juicio están “en peligro de extinción”.
Todos han expresado su respaldo a la Red Natura 2000, pero han requerido más protagonismo en su gestión, han incidido en la necesidad de hacer compatible de una forma efectiva la conservación con la actividad económica y han reclamado un fondo específico europeo para financiar la Red Natura 2000.
En la Jornada se ha celebrado también una mesa redonda sobre el futuro de la Red Natura 2000, con representantes de diferentes sociedades, fundaciones y organizaciones conservacionistas.
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