Tres zonas de gran valor natural habitadas por el plantígrado han sido pasto de las llamas
A principios de septiembre, el comentario era generalizado en las montañas del Alto Sil, zona norte de la provincia de León limítrofe con Asturias: la sequía estaba cambiando los hábitos de los osos. Los árboles frutales y arbustos estaban secos (arándanos, bayas…) y el plantígrado buscaba desesperadamente frutos más propios del otoño (como las primeras bellotas maduras de los robles…). Aquella desesperada búsqueda de alimento que observaron los naturalistas se había convertido ahora en un fatal presagio. Tras meses de sequía, tres zonas que sirven de hábitat para el oso han sido ahora arrasadas por las llamas.
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