CP LOS GRANDES INCENDIOS FORESTALES SON CONSECUENCIA DE LA FALTA DE GESTIÓN DEL MONTE

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COLEGIO OFICIAL DE INGENIEROS TÉCNICOS FORESTALES Y
GRADUADOS EN INGENIERÍA FORESTAL Y DEL MEDIO NATURAL
EN LA COMUNIDAD VALENCIANA

www.forestales.net

comunicado de prensa

22-JUNIO-2016

Los grandes incendios forestales son consecuencia de la falta de gestión del monte

Más preocupados por cuestiones ideológicas que técnicas, los dirigentes de la Conselleria de Agricultura, Medio Ambiente, Cambio Climático y Desarrollo Rural siguen propiciando el abandono de la gestión forestal sostenible, desvinculando la conservación de los valores naturales de cualquier progreso económico y social en las áreas rurales de montaña, donde los bosques siguen abandonados a su suerte, esperando que el macabro paso de los incendios ponga fin a una acumulación de materia vegetal forestal insostenible para las difíciles condiciones que impone la montaña mediterránea y el inexorable cambio climático. Los últimos grandes incendios sufridos en Valencia siguen evidenciando la poca eficacia de los medios de extinción cuando la gran cantidad de combustible existente en el monte favorece la propagación del fuego sin posibilidad de control.

La escasez de inversión pública destinada a fomentar la gestión sostenible de los bosques no es algo nuevo en la Comunidad Valenciana, donde los sectores más productivos en términos económicos, vinculados al área litoral, han polarizado sistemáticamente la atención política, en detrimento de los espacios naturales que ocupan la mayor parte de nuestro territorio.

Hasta un 60% se reduce la posibilidad de expansión de un incendio en los montes gestionados activamente y en equilibrio con la persistencia de sus valores naturales. Sin embargo, en el último año, los responsables de la Conselleria competente en materia forestal han mostrado especial empeño en dificultar la gestión activa de los bosques, generando nuevos espacios normativos asfixiantes para la actividad agraria tradicional de montaña, apartando a los propietarios rurales de los órganos de decisión ambiental como el CAPMA o diluyendo el papel de los profesionales especialistas en gestión forestal dentro de los órganos consultivos sectoriales de la Generalitat Valenciana, como la Mesa Forestal.

Los dirigentes de la Conselleria de Agricultura, Medio Ambiente, Cambio Climático y Desarrollo Rural parecen decididos a frenar la gestión activa de los montes, incluso aquellos ordenados, sin esgrimir argumentos técnicos, únicamente ideológicos, sin otra alternativa que el cambio de uso primario del bosque por un modelo de no gestión basado en la custodia ociosa del territorio, alejada de los intereses legítimos de aquellos agentes sociales de vocación ruralista.

El sector forestal en la Comunidad Valenciana agoniza y se aproxima a un punto de no retorno desde el que resultará difícil alcanzar las condiciones estructurales necesarias para integrar el aprovechamiento del bosque como parte de una bioeconomía propia de sociedades avanzadas. La falta de una visión global de lo forestal como parte indisoluble de la problemática medioambiental, se evidencia en las líneas de acción que ha seguido el último año la Conselleria de Agricultura, Medio Ambiente, Cambio Climático y Desarrollo Rural, aparentemente conservacionista pero con un ánimo claramente destructivo de cualquier modelo de gestión que armonice el cuidado de los montes y su aprovechamiento sostenible. Esta actitud regresiva hacia el sector forestal tiene su efecto inmediato en la pérdida progresiva de la capacidad productiva del bosque para proporcionar servicios de regulación como la fijación de carbono atmosférico, recarga de acuíferos, control de la erosión, regulación climática local y global, etc. Una sociedad responsable no debería permitir semejante pérdida de servicios ambientales, fundamentales para nuestra vida, por dejadez en la responsabilidad de la gestión.

El 54% de la superficie de la Comunidad Valenciana es forestal y sin embargo, tan solo el 13,3% del presupuesto (60 de 450 millones de euros) del Plan de Desarrollo Rural dotado con fondos europeos aprobado por la Comunidad Valenciana para el periodo 2014-2020, está previsto que se destine al cuidado de los montes. Por otra parte, a mediados de 2016 todavía no se ha empezado a aplicar dicho Plan en nuestra comunidad, sin que de momento se atisbe indicios de su implementación.

Esta falta de inversión pública en el cuidado y mejora de los montes y la escasa determinación de los dirigentes políticos valencianos a la hora de aplicar acciones de prevención activa de los incendios forestales, les otorga una parte importante de responsabilidad frente a los graves perjuicios ecológicos y económicos que provocan. Una muestra de esta desidia se evidencia en el incumplimiento masivo de la normativa autonómica y estatal que obliga a los municipios con suelo forestal a disponer de un Plan de Prevención de Incendios, así como las urbanizaciones situadas en la interfase urbano-forestal.
¿Deberá suceder una catástrofe para que los dirigentes políticos sean conscientes de la gravedad de no disponer y aplicar planes de prevención de incendios en estas poblaciones rurales?, ¿deberemos lamentar primero para poner remedio después?

Una mirada retrospectiva hacia los montes valencianos nos ha enseñado que un bosque "verde" no significa que esté bien gestionado, ni conservado. Conocer la problemática intrínseca de los espacios forestales requiere un acercamiento y una actitud empática hacia el territorio, para concluir que la gestión activa tradicional de los montes, con visión de futuro, como tuvieron durante generaciones los habitantes arraigados a las áreas rurales de montaña, es la mejor propuesta de solución para garantizar el futuro de los montes valencianos y de una sociedad avanzada que aspira a mantener su vínculo vital con los bosques.

Para más información:
Joan Manuel Batiste Marzal.
Decano Territorial del Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales
y Graduados en Ingeniería Forestal y del Medio Natural
en la Comunidad Valenciana.

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