Catástrofes urbano-forestales

Querid@s compañer@s:

Agosto de 2015. Más de 8.000 hectáreas afectadas y más de 2.500 vecinos de Acebo y Perales del Puerto y Hoyos (Cáceres) evacuados. No tardaremos en ver casos similares en urbanizaciones en zonas de interfase urbano forestal. Es sólo un ejemplo por el que las Comunidades Autónomas debieran regular de forma específica la prevención de incendios forestales y las medidas de seguridad en municipios y en urbanizaciones. Y no sólo regular, sino también vigilar que se tomen dichas medidas. Es muy habitual que existan urbanizaciones, residencias de verano hasta diferentes infraestructuras dentro del propio monte. Incluso hay municipios que no cumplen con los planes periurbanos de autoprotección.

Somos muchos los que venimos advirtiendo que este modelo territorial puede tener consecuencias muy graves para nuestros bosques, para las personas y sus bienes. Lo hemos visto recientemente en California (EEUU), Australia, Chile, Grecia o Portugal. Y a pesar de ello, seguimos sin tomar medidas preventivas adecuadas. ¿Hasta cuándo? ¿Tiene que ocurrir una desgracia para que se tomen en serio estas reivindicaciones? Aún recuerdo las lágrimas de mi padre por la muerte de un compañero en un incendio forestal. Si todos nosotros, ante una tragedia de este tipo, somos sensibles hasta el punto de vivirlo como algo propio, porqué nuestras autoridades, nuestros gobiernos, formados también por personas, se muestran insensibles ante estas tragedias.

Cada año aumentan el número y peligrosidad de este tipo de incendios forestales. Son especialmente peligrosos para las personas que habitan estas urbanizaciones, a las que hay que evacuar en muchos casos, pero también lo son para los profesionales que trabajan en la extinción del incendio. Un porcentaje altísimo de estas urbanizaciones en terrenos forestales carecen de Planes de Autoprotección, a pesar de que la normativa europea y española exige que dispongan de uno.

Cuando un incendio forestal afecta a una zona de interfase urbano-forestal cambian completamente las condiciones a las que se enfrentan los equipos de extinción. Existe una nueva prioridad de emergencia: primero las personas, luego los bienes y, por último, el monte.

No debemos quedarnos al margen. Tenemos que exigir a nuestras administraciones que la lucha contra los incendios forestales es una prioridad para proteger nuestras urbanizaciones y viviendas, así como las vidas de sus habitantes y profesionales que se la juegan día a día en estas situaciones.

Debemos dejar claro que el Código Técnico de la Edificación establece que "en zonas edificadas limítrofes o interiores a áreas forestales debe haber una franja de 25 m de anchura separando la zona edificada de la forestal, libre de arbustos o vegetación que pueda propagar un incendio del área forestal así como un camino perimetral de 5 m, que podrá estar incluido en la citada franja".

Pero, ¿esto se cumple? Tú y yo, sabemos que no, pero nuestra lucha día a día tiene que estar dirigida y encaminada a exigir el cumplimiento de estas normativas. El Colegio, que sois tod@s vosotr@s, no podemos olvidarlo.

 

 

¿NECESITAS UN TÉCNICO?