Banco antiguo portátil

Almudena Córdoba López. Restauradora de Arte
Teodoro Abbad Santiveri

A lo largo de estos textos nos hemos referido en varias ocasiones a los objetos constructivos de los diferentes tipos de muebles. No solo hemos hablado de los construidos siguiendo el estilo artístico de su época con una clara finalidad artística y ornamental sino que también hemos presentado varios ejemplos en los que se combina lo anterior con conceptos funcionales y claramente dinámicos; pero hay otros en donde prima especialmente la utilidad, lo que no les resta belleza en su resultado final.

El banco que hoy presentamos pretendió resolver al mismo tiempo la necesidad de sentarse y la posibilidad de disponer de un mueble siempre a mano, con carácter portátil.

La funcionalidad y el diseño no siempre han estado estrechamente unidos (sin olvidar, ya lo hemos dicho, la construcción con un fin ornamental destacado) a lo largo de la historia del mueble, y aún hoy las líneas evolutivas van en la misma dirección. No obstante, hace apenas un año la exposición "Art Design" en el Museo de Artes Decorativas presentaba una curiosa muestra en la que obras de diseño moderno compartían espacio con muebles borbónicos, y una de las principales manifestaciones versaba, como así lo atestiguó Penadés, en la difícil frontera entre arte y diseño, entendiendo que este ha de tener primordialmente una clara utilidad.

Este banco está coronado en su parte superior por un asa que facilitaría su desplazamiento en trayectos de poco recorrido. Recogida, resultaba ser el respaldo de la silla, y elevada, permitía su desplazamiento. A fin de obtener una mayor utilidad, la bancada del asiento no se diseñó con un tablero fijo, sino que por medio de las bisagras ubicadas en la parte trasera permitía su apertura dando paso a un cajón de destacadas dimensiones capaz de guardar diferentes elementos, lo que le otorgaría gran utilidad en iglesias o dependencias judiciales.

El banco, que refleja una interesante belleza, es extremadamente sencillo en su diseño sin apenas adornos, que se limitan a los laterales que unen asa y asiento y el frontal de los pies, mientras que el resto del conjunto sigue una línea recta sin ornamento alguno. En este mueble construido con madera maciza de nogal destacamos el engarce del asa mediante ensamblaje de madera.

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